lunes, 13 de septiembre de 2010

Por Dios, el Dr. Sigmund Freud me sigue en Twitter. La noticia me arrancó una buena carcajada, un afloje de músculos y tensiones por los acontecimientos de un fin de semana nada bueno. Temores corrosivos y dudas resbalosas para las que el contacto con el Doctor es un gran consuelo.

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